Manifestaciones:
Este cuadro se da por la deficiencia en la sangre que no alcanza a nutrir los órganos y los vasos sanguíneos.
Como manifestaciones del mismo observamos, cara pálida o amarillenta, labios pálidos, mareos y visión borrosa, palpitaciones, insomnio, entumecimiento de los pies y de las manos, hipomenorreas, amenorreas, lengua pálida, pulso filiforme y débil.
Etiología:
Este síndrome se produce por una excesiva pérdida de sangre, por debilidad del bazo y del estómago, que conduce a una mala transformación de los alimentos y por el exceso de los factores emocionales que consumen demasiado la sangre y el yin.
El mareo y la vista borrosa, la cara pálida o amarillenta y los labios pálidos se deben a que la sangre, deficiente, no alcanza a nutrir la cabeza y los ojos ni dar brillo a la cara.
Como la sangre no nutre al corazón, se producen palpitaciones e insomnio.
El entumecimiento en las manos y en los pies es debido a la sangre deficiente que no nutre los vasos sanguíneos. Cuando el mar de la sangre está vacío, la sangre no sube a la lengua y ésta se ve pálida. Y como la sangre no es suficiente para llenar los vasos, el pulso es filiforme y sin fuerza.
Método de tratamiento:
Objetivo: tonificar y nutrir la sangre
Consumir:
Maní crudo (dejar en remojo durante 15 minutos y luego hervir) se pueden consumir en sopas o en ensaladas. 50 gramos al día durante un mes.
Lentejas, espinacas, hígado, nueces, almendras, dátiles, algas marinas, brotes de soja y de alfalfa. Porotos de soja, mijo rojo. Carnes rojas, cereales, arroz, aceitunas negras, calamares, pescados.
Evitar:
Berenjenas
Si hay tendencia a la obesidad, evitar el azúcar, las harinas, las cremas y la leche. Mientras que si existen ojeras y adelgazamiento se deben incorporar estos alimentos a la dieta.
Dr. Julio César Escot